Este cuento del argentino Jorge Bucay, nos recuerda el compromiso interno de autovalorarnos. La autovaloración debe nacer de lo que honestamente piensas de ti mismo y no de lo que los demás piensen de ti o te den reconocimiento. Así tu tranquilidad estará en tus manos y no dependerá de cómo te respondan otros y el medio que te rodea.
Es cierto que la convivencia con otros y la opinión de ellos es parte de la retroalimentación que necesitamos para desarrollarnos, pero el veredicto más importante de la vida es el que formamos a partir del concepto que formas de ti, el compromiso más importante que puedes adquirir, es con la vida que recibiste y que espera hagas lo que está dentro tuyo para que sea una experiencia placentera y plena.
El control de cambiar tu realidad está en tu poder, en la capacidad de refugiarte en tu agrado, en lo que te inspira, para ir expandiéndolo y haciendo sanar y pulir aquellas áreas dañadas o desfavorecidas, en lugar de maximizar los dolores y fracasos que has vivido.
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